¿De la Resiliencia a la Antifragilidad?

Interpretar la resiliencia o la antifragilidad desde un espacio de exigencia, puede llevarnos a incrementar ansiedades, angustia por el simple hecho de la instalación del verbo “debo”. Así como “debo ser feliz”, “debo realizarme en el trabajo”, “debo ser excelente líder”, “debo ser excelente madre”. Desde este espacio, cualquier enunciación de propósito puede llevarnos a una extrema tensión entre lo que creo que puedo y lo que debo poder . Un juego de palabras que parece complejo sin embargo tu cuerpo lo debe sentir: el cuerpo nos da señales de habitar este espacio de exigencia (a veces lo escuchamos, otras veces le decimos que espere nuestra atención porque estamos ocupados en otra cosa), y otras se nos impone drásticamente con un síntoma.

Nassim Nicholas Taleb, en su libro "Antifrágil" dice que la fragilidad-antifragilidad se vincula al perjuicio o beneficio potencial resultante de la exposición a: incertidumbre, variabilidad, conocimiento imperfecto o incompleto, azar, caos, volatilidad, desorden, entropía, tiempo, lo desconocido, aleatoriedad, alteración, estreso, error, dispersión de resultados, desconocimiento. ¿Te parecen visibles estos factores? ¿Están ocurriendo hoy, no? ¡Y han ocurrido a lo largo de nuestra historia!

Desde esta perspectiva, los sistemas antifrágiles se beneficiarían de esta exposición, y los frágiles, saldrían perjudicados. Este autor, agrega que la antifragilidad es propiedad de todo lo natural (y complejo), de sistemas que han sobrevivido ante la exposición a los inputs enumerados. También, describe que los sistemas antifrágiles requieren componentes frágiles en su composición.

Otra afirmación interesante, es que las personas hemos convertido debilitado (o vuelto frágiles) ámbitos como la economía, la salud, la educación, etc. por la supresión (¿ilusoria?) de la aleatoriedad y la volatilidad. Como no podemos predecir la inconsistencia, la evitamos y reducimos al máximo. Creamos sistemas predictivos, buscando controlar cada aspecto.

Es interesante pensar que la aleatoriedad y la antifragilidad del caos son necesarias para el surgimiento de cambios, de innovaciones, de ensayos y errores….constituyen requisito para que se produzca el APRENDIZAJE.

Te invitamos a pensar cómo aplican estos conceptos a tu vida, a tu organización, a tu emprendimiento.

VER VIDEO 

Testimonios de

Nuestros clientes