Para poder escucharte mejor! (2014)

Un colega* me dijo: "Creo que hay una simple cualidad a la que no se le presta la debida atención en la monótona enumeración de las virtudes de un líder: la capacidad de escuchar. Generalmente los espacios de reuniones, encuentros, convenciones, talleres, etc. son para bajar línea o directivas dejando poco o ningún tiempo para escuchar lo que los participantes tengan para decir [.] Sería recomendable en las organizaciones, [contar con] menos cursos de ‘oratoria’ y más cursos de ‘audición’...".

Sus palabras han sido disparadores para desarrollar las siguientes reflexiones acerca de la importancia de la capacidad de escucha en quienes conducen un equipo de trabajo y cuáles son los factores que facilitan y los que restringen las posibilidades de escuchar efectivamente.

¿Qué entendemos por “escucha”? Entendemos la escucha como la capacidad de atención focalizada en el otro que nos dispone voluntariamente a comprender lo que expresa, en los diferentes niveles que esto pueda suceder: lenguaje, cuerpo y emoción. Es decir que este proceso involucra aspectos que van más allá del oír, acción que solamente comprometería al oído. La escucha implica la interpretación de los mensajes por parte del oyente y siempre es subjetiva: es función del tipo de observador que cada uno es.

¿Por qué es importante esta habilidad en quien conduce un equipo? Porque la escucha es el factor clave para que exista una comunicación efectiva, porque es requisito básico para comprender al otro, para situarse en su lugar, para entender su singular manera de ver el mundo y, así poder coordinar acciones que permitan integrarnos en proyectos compartidos y/o lograr resultados y/o contribuir en el desarrollo personal y profesional de los colaboradores.

La Pérdida de la Inocencia: “Escucho lo que quiero o lo que puedo… no sólo lo que tú me dices…”

Muchas veces tomamos decisiones, avanzamos en proyectos, creemos que hemos acordado pasos con el otro a partir de lo que conversamos, a partir de lo que “escuchamos”… y sin haber recibido la aceptación del otro. Esto nos lleva a callejones sin salida donde terminamos complicando, arruinando la relación y en el mejor de los casos, no llevándonos al lugar donde queremos ir.

Vivenciamos a menudo las brechas de comunicación que existen entre lo que uno dice y lo que otro escucha, y cada cual utiliza estrategias para disminuir ese gap y lograr acuerdos que nos permitan “hacer que las cosas pasen”. Cuando escuchamos no sólo procesamos las palabras sino los gestos, las emociones, los tonos, las intensidades, el contexto donde se dice lo que se dice… y variaciones de múltiples factores que intervienen en la construcción de sentido del mensaje.

Para quienes conducen equipos, resulta clave comprender cuáles son los factores que limitan una escucha efectiva y que, al trabajarlos, podrán mejorar las relaciones con su gente, generando vínculos de confianza y un ambiente propicio para el desarrollo del equipo y el logro de resultados.

________________________________________________________________________ *Carlos Grinstein, Adscripto a la Dirección de Recursos Humanos de Grupo Logístico Andreani

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