El Camino del Autodesarrollo (2012)

¿Cuál es el sentido que quiero para mi vida?
Cuando preguntamos cuál es tu Visión de Vida Personal y/o Profesional, a menudo recibimos respuestas tales como: “Quiero ser feliz” “Quiero crecer” “Quiero paz” “Quiero vivir bien”. Si bien podríamos caer en la tentación de asentir simpáticamente ante estas expresiones, nuestro trabajo consiste en indagar casi provocativamente los supuestos en los que se basan los comportamientos, las respuestas, las acciones, los automatismos que cierran posibilidades en el camino que las personas eligen emprender.

Felicidad, paz, vivir bien, crecer, tienen tantos significados como personas existen, por lo cual no hay fórmulas pre hechas, ni caminos trazados que nos garanticen el logro!! Distinguir qué significa para mí ese fin, el para qué, lo que da sentido a mi existencia, elegir hacia dónde quiero ir y comprometerme con esa Visión me permite trazar un rumbo potente que me dará serena claridad para tomar decisiones cotidianas.

Emprender el camino del autodesarrollo implica que podamos observarnos a nosotros mismos, poner en cuestión las certezas que nos condicionan, detectar nuestros propios recursos y elegir modificar aquello que nos aleja de nuestras metas y nuestros sueños; este camino tiene un costo: tomar el protagonismo de nuestras vidas, ser conscientes de nuestra libertad para elegir y asumir la responsabilidad de las decisiones que tomamos.

Si estás dispuesto a ello, este artículo abre algunas preguntas para reflexionar sobre el tema.

¿Protagonista o Víctima?
El camino del autodesarrollo sólo es posible cuando asumes el protagonismo de tu propia vida

Si alguien nos preguntara: ¿Te consideras protagonista o víctima de tu vida? La respuesta inmediata sería “¡protagonista, por supuesto!”. Y según cómo escuchemos la pregunta hasta nos puede parecer ofensiva... Sin embargo, en ocasiones, adoptamos la postura de víctima, casi sin darnos cuenta, y ello nos genera malestar, nos quita energía y poder para revertir las situaciones. ¿Cómo darnos cuenta de ello?

1 Ver artículo: “Por qué” y “Para qué”. Dos preguntas. Dos mundos posibles, en este link:http://www.moebiuscapitalhumano.com/que_hay_de_nuevo.php?pub=62
Cuando adoptamos la posición de Víctima, hacemos foco en lo que no podemos cambiar, en lo que no 1
funciona o no se comporta como creemos que debería . Esto nos causa malestar y puede tomar la forma de angustia, ansiedad, resignación, bronca, enojo, inseguridad, tristeza, resentimiento, impotencia, sufrimiento, preocupación y un abanico de emociones que, de no elaborarse o gestionarse de alguna manera, se pueden tornar tóxicas y funcionar tiñendo nuestras percepciones y nuestras interpretaciones futuras. Por ejemplo, si quedo instalado en la emoción de “preocupación” y estoy comprometido a preocuparme por todo , es probable que las nuevas vivencias sean percibidas como “algo más para preocuparme”. Si quedo instalado en la emoción de enojo, es probable que el feedback de un jefe lo perciba como una crítica destructiva (independientemente de la intención de mi jefe).

Cuando asumimos esta postura, nosotros mismos nos cerramos al aprendizaje, porque creemos que no somos nosotros los que debemos cambiar, sino los demás, las circunstancias. Si eso otro cambia entonces yo podré ser feliz, podré crecer, podré vivir bien. Como eso otro tiene vida propia y no se mueve porque yo me queje, quedamos encerrados en un círculo vicioso que mantiene las condiciones para que todo siga igual (cómodo, constante, conocido, aunque generador de malestar).

El camino del autodesarrollo está lleno de oportunidades y posibilidades para quienes eligen verlas

Cuando adoptamos la posición de Protagonistas creemos en nuestro poder para hacer que las cosas sucedan. Entendemos poder aquí como la capacidad, la potencia, la habilidad, la energía y el entusiasmo para accionar, evitando sus asociaciones con manipulación, corrupción, omnipotencia, coerción.

Desde esta interpretación, tenemos la convicción de que nuestras acciones tienen efectos (y que mi “inacción” también...); nos conectamos con lo que queremos y accionamos alineadamente para que suceda, distinguimos los comportamientos y las propias emociones que nos alejan de nuestras metas. Entendemos que las excusas nos quitan poder, las explicaciones recurrentes de “por qué no logramos los resultados”, nos quitan confianza en nuestros recursos y posibilidades, y que las justificaciones adulan momentánea e ilusoriamente nuestro ego.

El camino del autodesarrollo se transita cuando te conduces comprometidamente hacia el lugar que eliges

Como protagonistas elegimos a dónde queremos ir, con quiénes queremos ir, en dónde queremos estar, cómo queremos estar, qué estamos dispuestos a ofrecer, qué costos asumimos en pos de lograr lo que queremos lograr, a qué nos comprometemos, a qué decimos no, . Por ello, para transitar el camino del autodesarrollo, es fundamental conectarnos con nuestro poder interno.

¿Elección o Resignación?
El camino del autodesarrollo se orienta y fluye cuando eliges el norte que te apasiona

La pasión es el primer condimento que necesitamos tener a mano para diseñar nuestro futuro. ¿Cómo te das cuenta si haces lo que te apasiona? Porque aún en momentos de alta presión, no te sientes obligado ni exigido a persistir. Hacer lo que realmente tiene sentido para tu vida, conecta con tu pasión. La pasión energiza, da brillo y empodera. Hacer lo que no tiene sentido, lo que te parece ajeno a tus propios deseos, lo que vives como un mandato externo, agobia, cansa, fastidia, enoja, angustia.

Cuando sientes la diversión del niño/a que habita en tu interior, estás vivenciando una nítida señal de conexión entre lo que haces y la visión que declaras.

El camino del autodesarrollo necesita que creas que es posible, necesita que te observes como una gran posibilidad, como una gran oportunidad

El poder de desarrollar nuestro futuro es una potestad personal que no siempre estamos dispuestos a asumir. Y cuando esto sucede escuchamos frases como “la empresa no me desarrolla”, “me ponen un techo” ó “en este país no se puede...”, “con esta gente no se puede” y otras más...

El camino del autodesarrollo construye escenarios de aprendizaje, desde, más allá y a través de los terrenos “reales” en los que vives

El primer paso para diseñar futuro es exclusivo del protagonista de la historia, nadie lo puede hacer por él/ella. Si decide llevar su sueño adelante tendrá que hacer que las cosas pasen, con protagonismo y compromiso... diseñando, generando las condiciones para fertilizar su terreno. O quedarse en la queja, resintiendo por todo lo que no puede lograr.

Entonces, si el camino lo define cada persona, ¿Qué pueden hacer las empresas para contribuir al desarrollo del máximo potencial de su gente?

Las empresas pueden ofrecerse como oportunidad para que las personas obtengan los beneficios que buscan (aunque si no saben lo que buscan, no podrán aprovecharla en toda su potencialidad...); pueden contribuir a que su gente elija responsablemente si es allí donde quieren crecer y desarrollarse; pueden ofrecer herramientas para que las personas gestionen su propio desarrollo (individual como grupalmente).

¿Cómo armar un Plan de Autodesarrollo?
El camino del autodesarrollo es único y singular para cada persona: su punto de partida, sus mojones, su destino, sus tiempos y sus modalidades los diseña cada uno

Cada persona mide sus avances en función de lo que desea alcanzar y la manera en que decide transitar y llegar (si fuera un destino).

- Descubrir, clarificar y declarar tu visión o ¿Cuál es tu sueño? ¿Qué te apasiona? ¿Cómo te visualizas en un futuro?
- Identificar los costos implicados en el logro de esta visión
o ¿Qué estás dispuesto/a a ser y hacer por alcanzar ese sueño?
• Tener distinciones que te permitan observarte en tu lenguaje, en tu corporalidad, en tus emociones, para “darte cuenta” cuándo tus propias creencias y juicios están limitando tus posibilidades.
• Revisar cómo está la relación de confianza contigo mismo, si te observas comportándote en línea con lo que deseas, si cuentas con las competencias y habilidades necesarias para lograr lo que estás queriendo lograr y cuál es tu compromiso con ello.
• Aceptar la demora intrínseca de los procesos de transformación, de cambio, de aprendizaje, disfrutar el viaje en un estado de serena ambición.
• Reconocer que no estamos solos (¡y agradecerlo!); tener la convicción de que construyendo relaciones de confianza con otros, podemos integrarnos en proyectos compartidos sustentables, podemos coordinar acciones que potencien las oportunidades y motoricen pasiones.
• Clarificar de qué modo la Visión de tu Empresa, Equipo de Trabajo, Líder, etc. hacen sinergia con tu propia visión, de qué modo se potencian y logran un efecto multiplicador.
El autodesarrollo es un camino; no es un punto de llegada sino el transitar de un viajero confiable y confiado en su propio poder para lograr su plenitud

Testimonios de

Nuestros clientes